Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 21 de enero de 1861
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 78, 1.241, 1.242
Tema: Indemnización a varias provincias para reparar las pérdidas ocasionadas por las inundaciones

El Sr. SAGASTA: Creo que la duda que le ocurre a mi amigo el Sr. González de la Vega es la misma que le ocurrió al Sr. Polanco, si no estoy equivocado.

Hay una diferencia entre aquellos que han sido perjudicados por las inundaciones; hay una diferencia que consiste en que unos, habiendo sido perjudicados, no quedan completamente pobres, pero si en tal estado de abatimiento que les es imposible sin ayuda volver a reponer su capital, por que han quedado sin base para reparar sus pérdidas; y hay otros que habiendo sido perjudicados han quedado con suficientes recursos para sin auxilio de nadie poder reponer esos quebrantos. A los primeros se dice que se les faciliten esos anticipos; a los segundos no se les da nada, porque no hay necesidad absoluta de ello. No sé si el Sr. González de la Vega estará satisfecho.

El pensamiento de la comisión y el del Gobierno es el siguiente: ayudar a todo aquel que lo necesite porque por sí solo no puede volver a ejercer su industria; pero no ayudar a todo aquel que ha quedado con bastantes recursos, con bastantes medios para seguir trabajando o ejerciendo su industria. Voy a ver si con un ejemplo puedo convencer al Sr. González de la Vega.

Un individuo tiene una pequeña tierra con cuyo trabajo da de comer a su familia y se sostiene ; pero para trabajar esa tierra necesita aperos, necesita una yunta; necesita simiente; necesita alimentarse durante un año hasta que la tierra le dé con sus productos los medios necesarios. para la subsistencia de su familia. Pues bien: llega una avenida que le lleva todo; pero como le queda la tierra, no podrá decirse de ese labrador que ha quedado completamente pobre; pero si no le ha quedado más que la tierra, y [1.241] esa tierra no la puede trabajar porque le falta la yunta, porque le faltan los aperos de labranza, porque le faltan absolutamente los medios de reparar sus desgracias, habrá necesidad de ayudarle con un préstamo o anticipo, y esto es lo que propone lo comisión. Pero al propietario rico que tiene grandes medios, aunque una avenida le haya llevado una fábrica, se queda sin ella, es cierto; pero tiene medios para volverla a levantar, o al menos para vivir sin ella y sostenerse decorosamente; a este individuo no cree la comisión que puede atendérsele de ningún modo.

No sé si estas explicaciones habrán satisfecho a mi amigo el Sr. González de la Vega.



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